Tensiones en la Movilidad de Vista Alegre

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Problemas en las Aceras, instalación de bolardos y movimiento de papelera

El distrito de Carabanchel enfrenta una creciente preocupación entre sus residentes relacionada con la seguridad y la movilidad, especialmente en las intersecciones y aceras de varias calles. La situación ha llegado a tal punto que varios residentes han elevado peticiones al Ayuntamiento, solo para recibir respuestas frustrantes que evidencian la falta de atención a temas cruciales para la seguridad de los ciudadanos.

Uno de los puntos críticos es el cruce entre Juana Urosa y El Espinar, donde los vecinos han solicitado la instalación de bolardos para garantizar la seguridad de peatones, los cuales están cansados de tener que llamar a la policía debido a encontrarse en diversas ocasiones vehículos estacionados en el paso de cebra y en la acera. Sin embargo, su solicitud fue desestimada bajo el argumento de “falta de presupuesto”. Contradictoriamente, durante este verano, el Ayuntamiento ha sembrado cinco de estos elementos en la calle Batalla de Torrijos con el fin de evitar el estacionamiento indebido sobre la acera, lo que ha generado desconcierto y malestar entre los afectados.

Los residentes de Batalla de Torrijos han hecho notar además que, a pesar de sus peticiones para la ampliación de aceras y un rebaje desde la entrada de General Ricardos, han sido ignorados. Según afirman, les habían comunicado que las obras se llevarían a cabo en este verano, pero la realidad demuestra que no ha habido avances. “Las aceras son altas y estrechas, y cada día se convierte en un desafío para los que caminamos por aquí”, expresa una vecina, que añade que muchos ancianos se ven obligados a transitar por la carretera debido al deplorable estado de las aceras.

El problema se agrava con el creciente número de vehículos que utilizan las calles de la zona, especialmente aquellos que buscan acortar su trayecto desde Marcelino Camacho con calle La Laguna y es un peligro para los niños que emplean esta calle para acudir al colegio Vedruna, arriesgando su seguridad al caminar por la carretera, pues las aceras tienen poco espacio para que transiten de forma segura. En concreto, miden en el lado izquierdo desde General Ricardos menos de un metro de ancho y algunos técnicos consultados destacan que pueden ampliarse el doble de la medida actual sin que afecte al tráfico.

La interacción con el servicio de atención al ciudadano 010 ha resultado igualmente decepcionante; los vecinos han perdido la cuenta de cuántas veces han reportado el mal estado del adoquinado de las aceras sin que se realicen las reparaciones necesarias. “Es frustrante, cada vez que llamamos sentimos que nuestras voces no llegan a ningún lado”, lamenta una residente que ha intentado fomentar un cambio en su calle Ulalia gil.

La incapacidad del Ayuntamiento para abordar estas preocupaciones ha encendido inquietudes sobre la prioridad que se le da a la seguridad peatonal frente a la gestión del tránsito vehicular. Mientras que algunas calles parecen recibir atención inmediata desde el local del gobierno, otras, como La Batalla de Torrijos, continúan siendo desatendidas, lo que pone en entredicho la equidad en la planificación urbana.

La situación actual requiere una respuesta más afirmativa por parte del Ayuntamiento de Madrid, no solo para resolver de forma inmediata las demandas de infraestructura y seguridad, sino también para fomentar una cultura de movilidad urbana inclusiva y responsable. Los residentes no solo buscan acción, sino la certeza de que su bienestar es una prioridad en el desarrollo de la ciudad.

Fuente: David Fernández Rey
Foto: Cruce entre Juana Urosa y El Espinar / Gentileza de GoogleMaps

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